Un granjero estaba emborrachándose en un bar del pueblo, cuando un vecino se le acerca y le pregunta:
- ¿Pero que haces sentado aquí y en ese estado, con el maravilloso día que hace?
El campesino responde:
- Hay cosas que no se pueden explicar.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó su vecino.
- Ya ves, estaba ordeñando la vaca, y cuando el valde de la leche estaba casi lleno, me lo tira con la pata.
- ¿Y eso es tan grave?
- Hay cosas que no se pueden explicar. -Dice el granjero.
- Vamos hombre que no será para tanto. -Dice su vecino
- Entonces cogí una cuerda y le até cada pata a unos pilares de madera del cobertizo. La ordeñé otra vez, y cuando el balde estaba otra vez lleno, me lo tira con el rabo.
- Bueno, ¿y qué?. -Dice su vecino.
- Hay cosas que no se pueden explicar. -Dice el granjero.
- ¿Por qué no lo intentas?. -Dice su vecino.
El granjero prosigue:
- Entonces, como no tenía más cuerda, me saqué el cinturón, y con este, le levanté el rabo y se lo amarré a una viga del techo. En ese momento se me caen los pantalones y aparece mi mujer por la puerta del establo. Hay cosas que no se pueden explicar.
- ¿Pero que haces sentado aquí y en ese estado, con el maravilloso día que hace?
El campesino responde:
- Hay cosas que no se pueden explicar.
- ¿Qué ha pasado? - preguntó su vecino.
- Ya ves, estaba ordeñando la vaca, y cuando el valde de la leche estaba casi lleno, me lo tira con la pata.
- ¿Y eso es tan grave?
- Hay cosas que no se pueden explicar. -Dice el granjero.
- Vamos hombre que no será para tanto. -Dice su vecino
- Entonces cogí una cuerda y le até cada pata a unos pilares de madera del cobertizo. La ordeñé otra vez, y cuando el balde estaba otra vez lleno, me lo tira con el rabo.
- Bueno, ¿y qué?. -Dice su vecino.
- Hay cosas que no se pueden explicar. -Dice el granjero.
- ¿Por qué no lo intentas?. -Dice su vecino.
El granjero prosigue:
- Entonces, como no tenía más cuerda, me saqué el cinturón, y con este, le levanté el rabo y se lo amarré a una viga del techo. En ese momento se me caen los pantalones y aparece mi mujer por la puerta del establo. Hay cosas que no se pueden explicar.
Genial, gracias por regalar sonrisas.
ResponderEliminarBesos.
Mar
Genial... sí, hay cosas que no se pueden explicar... jajajajaja.
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