Había un hombre muy pobre que vivía en las afueras de una pequeña población, en una casa en ruinas. Tenía agujeros en el techo, y cuando llovía entraba el agua a raudales. Como el pobre hombre estaba lisiado y no podía casi andar, no tenía forma de ganarse la vida, y vivía de la caridad de los vecinos que a veces le llevaban comida que les sobraba. A veces podía pasar casi dos días sin comer.
Un día el ayuntamiento decidió arreglar su tejado. Entonces el hombre se convirtió en la persona más feliz que los habitantes del lugar jamás habían visto. Estaba tan agradecido de poder estar seco en su propia casa que cantaba y sonreía a todo el mundo que por allí pasaba.
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Había una bella y rica mujer que vivía en una gran mansión rodeada de sirvientes. Pero desgraciadamente, estaba siempre de mal humor, porque Janice, ¡esa zorra!, le dijo que su bolso estaba.... taaan pasado de moda.
sábado, 9 de octubre de 2010
APRECIACIÓN
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FÁBULAS DE LA VIDA
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