domingo, 21 de marzo de 2010

UNA HISTORIA MUY ARDIENTE CON FINAL INESPERADO

Ella se echó hacia atrás, nerviosa e inquieta. Por un instante se resistió a él, pero deseaba que no hiciera caso a sus súplicas. Eso que tantas noches le había quitado el sueño era la razón de lo que ahora ella más deseaba.

Aunque él era un hombre de gran experiencia, para ella era su primera vez, y eso le hacía sentir temor y excitación a la vez.
Solos en la estancia, él le prometió no lastimarla, puso la mano sobre la zona que ella escondía y un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Ella dirigió la mirada hacia aquel tremendo instrumento que él sostenía con la otra mano y que cada vez se acercaba más y más. Cuando estuvo cerca sintió su aliento junto a su boca, y la colmó de palabras suaves al oido: que sería cuidadoso y que no le iba a doler. Convencida se dejó llevar, aflojó sus músculos y dejó que aquella cosa penetrara en su interior.

Una emoción intensa la envolvió y gritó: "¡No, por favor, ya no aguanto más... basta... ah....ohh...ummm... no me la saques, te lo ruego!"
Todo estaba a punto de concluir. Su cuerpo se agitó una y otra vez, estaba extenuada. Al cabo de un momento el le dijo: "¡Acabé!" Y ella se quedó serena y satisfecha.
Por fin el dentista le había sacado la muela.

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