Si unimos un giroscopio a una mesa de billar, podremos jugar al billar en alta mar. La mesa se mueve a la vez que el movimiento del barco, contrarrestándolo y haciendo que las bolas permanezcan quietas.
En realidad, es solamente el barco el que se balancea, mientras la mesa permanece inmóvil con respecto al horizonte. Aunque viendo este vídeo nuestros ojos nos engañen.
martes, 15 de diciembre de 2009
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