Un hombre vendía fruta al borde de una carretera. Era analfabeto, por lo tanto nunca leía los periódicos. Tampoco le gustaba ver la televisión, de hecho no tenía.
Ponía unos carteles cerca que mostraban su fruta, y pasaba el día alegremente alabando el sabor que tenía su mercancía.
Todo el mundo que pasaba le compraba fruta, y su negocio prosperaba. Así que compró más carteles y más fruta para vender. Y las ventas seguían creciendo.
Un día, su hijo que vivía en la ciudad, al acabar su carrera universitaria, fue a visitar a su padre:
"Papa, ¿No sabes que el mundo atraviesa momentos difíciles? la economía del país va muy mal.
Inquieto por las palabras de su hijo, el hombre decidió reducir el número de carteles de su negocio, y comprar fruta de menor calidad para poder vender más barato. Entonces las ventas cayeron de forma drástica.
Entoces el hombre penso:
"Mi hijo tiene razón, son tiempos difíciles"
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