Este corto que dura casi siete minutos, nos muestra como las emociones se contagian. Algo que ocurre cada día, sin que a veces nos demos cuenta. Aunque aquí se enfatiza de una forma especial.
Si tenéis un poco de paciencia y veis el vídeo con audio, también os contagiaréis. No se necesita una razón para reír.
Si tenéis un poco de paciencia y veis el vídeo con audio, también os contagiaréis. No se necesita una razón para reír.
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