"EL VIAJE REAL DEL DESCUBRIMIENTO NO CONSISTE EN VER NUEVAS TIERRAS, SINO EN VER CON NUEVOS OJOS". (Marcel Proust)
Cada día, al acabar el trabajo, era uno de los primeros en llegar a casa. Así que aprovechaba para estudiar un par de horas, hasta que llegaba alguien. Más tarde me bajaba al salón para ver quien había, cual era el tema de conversación, si había llegado alguna figura nueva, que planes teníamos, etc
Más adelante, empezaría a ir a clases de inglés dos veces por semana a una academia fabulosa que se llamaba "International House".
En esa primera época, los fines de semana, a menudo surgía alguna fiesta en casa de alguien que conocía a alguien que era amigo o compañero de trabajo de uno de nosotros. Y a veces teníamos que regresar a casa desde el otro extremo de Londres a las tantas de la madrugada, cosa que muchas veces se convertía en una odisea. Otras veces te quedabas a dormir en el sofá o moqueta del anfitrión de turno, y cogías el primer metro por la mañana.
Cuando no teníamos ningún plan, nos lo montábamos en casa o en un pub local. Ya que salir por el centro, después de las once de la noche, cuando cerraban los pubs, y te tenías que meter en los bares de copas, era demasiado caro. Hasta que descubrimos sitios como: Bar Pepe, Backpackers, Intrepid Fox, The Church, Spotted Dog, etc.
El Backpackers estaba en King's Cross. Era un garito australiano donde ponían música, en su mayoría, Pop Rock de los 80: ABBA, Bruce Springsteen, Bryan Adams, y un largo etc.
Los sábados, si entrabas antes, creo que eran las 9 de la noche, pagabas 5 libras y tenías barra libre hasta las 11 o las 12, algo así. Cosa que para nosotros fue un gran descubrimiento. Así que allá nos íbamos muchos sábados toda la cuadrilla de casa Maruja.
Las noches en el Backpackers solían ser legendarias, y eran motivo de risas y jolgorio al día siguiente.
En ese periodo empezó la afición de Antón p0r la fotografía. El objetivo no era hacer fotos profesionales, ya que al principio eran hechas con una cámara de usar y tirar, sino de inmortalizar los momentos mas in fragantis, cómicos y disparatados de cada uno de nosotros, o de quién se terciara.
Se acercaba con sigilo, esperaba el momento adecuado, y disimuladamente... ¡Zas!. Te pillaba en el momento más comprometido. La cantidad de fotos desternillantes que debe tener.... Algún día nos sorprenderá haciendo algo gordo con ellas.
Lo malo de ir al Backpacker's era que para regresar a casa a las cuatro y pico de la madrugada había que coger un autobús nocturno hasta Oxford Street, y allí bajarse y esperar otro que nos llevara a Queen's Park. A veces, si aún nos quedaba cuerda, nos íbamos al bar Pepe, del que hablaré más adelante. Cerraba a las seis y pico de la mañana, para entonces ya estaba abierto el metro, y nos íbamos para casa en él.
En King's Cross estaba también "The Church" (la iglesia), muy australiano. Y haciendo honor a su nombre, abría el domingo por la mañana, muy temprano.
Valía la pena ir a este sitio, al menos una vez como experiencia. Era como un gran almacén con un escenario improvisado. La bebida se compraba fuera, y lo mínimo que se compraba era un pack de cuatro cervezas de las grandes.
Dentro veías a todo el mundo con las cervezas colgando del pantalón, quien más y quién menos iba como una moto. Había muchos jugadores de rugby australianos cuatro por cuatro que iban allí a emborracharse. Alguno se bebía las cervezas de un trago y luego aplastaba las latas vacías en su propia frente.
En el escenario organizaban... No se si eran concursos, una tradición o qué, donde las chicas más osadas, mayormente australianas se subían al escenario. Y después de beber la máxima cerveza posible se quitaban la camiseta y el sujetador.
Hace poco me he enterado que están cerrando muchos de estos sitios, para en su lugar abrir locales pijos y selectos. A donde iremos a parar.
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